En el contexto de la Educación
Infantil, la literatura infantil y juvenil desempeña una función clave dentro
del desarrollo psicoevolutivo y emocional de nuestro alumnado. En nuestra
legislación educativa, en los Decretos 37 y 38/2008 de la Comunidad Valenciana
se conforma dentro un área específica como es “Los Lenguajes: Comunicación y
Representación”, donde se vincula el lenguaje literario a aspectos emocionales
y simbólicos, en los que la literatura se enfoca desde un aspecto lúdico, además
de un instrumento de aprendizaje.
La competencia literaria que se
desarrollará partiendo del lenguaje literario, que une fórmulas de construcción
del lenguaje, sonoridad, belleza y emotividad se conjuga a la perfección en esa
etapa con otra de las características del álbum ilustrado: las ilustraciones.
Esta aproximación al arte literario infantil fue el hilo conductor de nuestra
primera salida dentro de la asignatura. En esta ocasión, acudimos a una sesión
de cuentacuentos a cargo de Alberto Celdrán en la Biblioteca Municipal de San Vicente del Raspeig en la que pudimos disfrutar de la
narración final de dos cuentos como son “Tío Lobo” (Roger Olmos y Xosé
Ballesteros) y “El País de las Pulgas” de Beatrice Alemagna (aunque también estaban algunos tan queridos para mi como "Cocorico" o "El Pequeño Coneo Blanco").
En su narración, el lenguaje gestual
era el hilo conductor de unas historias que hicieron el deleite de los más
pequeños y de sus familias. En su posterior charla con nuestro grupo de clase,
escuchamos muchos de sus consejos y reflexiones valiosas como futuros docentes.
En primer lugar, la creación de una
biblioteca de aula rica y variada con ejemplares que jueguen con los diferentes
tipos de ilustraciones como con sus formatos. Obviamente, el texto también es
fundamental en este caso, debido a que será una manera de aproximarles al código
escrito, aunque el enfoque es mucho más lúdico. En esta biblioteca de aula, se
hablaba de la importancia de llevar a cabo experiencias como puedan ser generar
un servicio de préstamo para que también sea una puerta de entrada para las
familias al mundo del álbum ilustrado y conocer la importancia de generar un vínculo
emocional que triangule la obra con el lector y narrador (en este caso el familiar
que narra).
Especial importancia también sobre
la literatura infantil en el aula, es que debe estar a su disposición y
alcance, crear un espacio donde se narren los cuentos o puedan ir a leerlos en
los que sea agradable y cómodo, haciendo de la lectura un momento reconfortante
y que les resulte placentero. Esta labor, será clave para crear a los lectores
y lectoras del futuro. Entre algunas obras que comentamos como fomento pre-lector la serie de Antonio Rubio en Kalandraka (en la serie "De la Cuna a la Luna") como son "Limón", "Luna", "Violín" o "Cinco".
Otra de las actividades asociadas
que ha llevado a cabo que me han gustado y, puede que lleve a cabo a final de
curso, ha sido la iniciativa de un centro que preparó el carnet de la
biblioteca municipal para su alumnado y posteriormente recogerlo y la
realización de una sesión de cuentacuentos.
También nos contó que realizaba
habitualmente sesiones de cuentacuentos en el MACA, unir el mundo del arte
contemporáneo con la literatura infantil y acercarlo a la infancia, además de
sus familias para que aprecien el valor de la cultura en las primeras edades.
Obviamente, no olvidaba la importancia de que estas narraciones y selecciones
también deben tener enganchado al público adulto. Esta atracción ayudará a que
aprecien el valor de la literatura en estas etapas.
La conversación con Alberto Celdrán
y su manera de relatar los cuentos fue otra de las cuestiones que más
importancia tuvieron para mí. Cuando tienes que contar un cuento al alumnado de
Educación Infantil debes transformarte y poner una importante presencia
escénica que se basa fundamentalmente en un rico lenguaje gestual, de entonaciones,
de comprender el ritmo que necesita en cada momento, dónde realizar pausas, cuándo
intercalar diferentes registros y acercarte al público. Ese arte, es
fundamental en unas historias que además tienen un valor que huye de la
narrativa infantil tradicional tan condicionada por el “mundo Disney”. Es
decir, es una lectura que nos acerca a conceptos inclusivos y la promoción de
valores más acordes con el concepto de civismo.
Aunque hay que destacar entre los
que nos contó Alberto Celdrán, que muchas veces como docentes confiamos un
valor didáctico a la literatura infantil y nos olvidamos de su función lúdica y
que debemos compensar la selección de obras desde estos criterios (tal vez
acabemos aburriéndoles con tanto didactismo). En el caso de “Tío Lobo”, la
moraleja puede ser confusa: el lobo se come a la niña por golosa y mentirosilla
(Carmela había hecho muchas diabluras a Tío Lobo…). La moraleja de “El País de
las Pulgas” iba en una línea más cercana a la inclusión y el respeto a las
diferencias, en línea a la anterior obra de Beatrice Alemagna titulada “Los
Cinco Desastres”.
En definitiva, el papel de la
literatura infantil envuelve una serie de conceptos que van desde el lingüístico
y narrativo, pasando por la poesía, el arte y sus diferentes iconografías, así
como el símbolo de una cultura. En primer curso, en la asignatura de “Didáctica
de la Lengua y Literatura Castellana”, se hacía referencia a la importancia de
mediador del docente y que la pasión por la literatura se transmite cuando el
docente también está convencido de su papel en el aula fundamental. No puedo
estar más de acuerdo y, en la charla con Alberto Celdrán nos transmitía su
pasión y convencimiento por lo que hace, con el cariño e ilusión que nos
transmitían sus palabras, además de recordarnos la importancia del vínculo
afectivo a través de la literatura. No puedo estar más de acuerdo. Gracias por la experiencia y demostrar cómo trabajar la oralidad en educación infantil de una manera tan lúdica, sensible y emocional.
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